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Innovación
La economía naranja es lo que se conoce como economía creativa o la economía que hace relación a las industrias creativas.

La economía naranja es lo que se conoce como economía creativa o la economía que hace relación a las industrias creativas.

Nos estamos refiriendo entonces, al sector de la economía que se basa en la generación de ideas, conocimiento e innovación (educación, investigación y desarrollo, alta tecnología, informática, telecomunicaciones, robótica, nanotecnología, industria aeroespacial...) y en la cultura, como por ejemplo, el arte, el sector del entretenimiento, el diseño, la arquitectura, la publicidad, la gastronomía...

Se considera a John Howkins como la persona que acuñó el término de “Economía Creativa” en su libro de 2001, “La economía creativa: Transformar una idea en beneficios.”

En la economía creativa o economía naranja, las ideas son el factor principal, las que aportan los resultados y la diferenciación final con respecto a otros productos. Comprende los sectores en los que el valor de sus bienes y servicios se fundamenta en la propiedad intelectual.

En palabras de John Howkins, "Las personas que se dedican a la economía creativa dedican la mayor parte de su tiempo a generar ideas y no se limitan a ir a la oficina para hacer un trabajo rutinario y repetitivo. Es una economía en la que las personas, allá donde se encuentren, hablando con los amigos, tomando una copa, al despertarse a las cuatro de la mañana, etc. Piensan que pueden tener una buena idea que funcione de verdad y no sólo una idea por el mero placer esotérico".

La economía creativa tiene unas características que la hacen diferente:

Los productos que crea se distinguen por sus únicas cualidades y no solamente por su funcionalidad y precio.

De manera intrínseca genera una gran incertidumbre en cuanto a qué productos funcionarán y cuáles serán los que los clientes querrán.

La constante evolución del conocimiento y la sociedad hacen que el factor tiempo juegue un papel vital.

Los trabajadores creativos valoran el motivo y significado de su esfuerzo más allá del resultado económico y reconocimiento social.

La economía creativa exige un enfoque de trabajo multidisciplinar y requiere de un buen sistema de educación y de un contexto de diversidad cultural.

La economía naranja o creativa ha crecido mucho en los últimos años superando en volumen de negocio a otros sectores más tradicionales y cada vez tiene más importancia y proyección en todo tipo de empresas u organizaciones, considerándose una herramienta de transformación transversal totalmente necesaria en los tiempos que vivimos. En muchos foros, se está hablando actualmente que la salida a los tiempos de crisis que padecemos será con un enfoque creativo y utilizando los recursos que la creatividad pone a nuestra disposición.

Los beneficios que puede aportar la incorporación de la creatividad en la sociedad y en las empresas está fuera de toda duda. Con su aporte se pueden emprender proyectos de innovación que nos lleven a una transformación en todos los ámbitos. Pero es necesario el fomento de este tipo de iniciativas, empezando desde la base, formando a los futuros disruptores en un abanico cada vez más amplio de conocimientos y habilidades y dotando de financiación a las empresas que quieran optar a estos recursos para animarlas a emprender estos procesos de transformación y que sean conscientes que no suponen un gasto para las organizaciones sino una inversión que se convertirá en vector clave de la competitividad en el corto plazo. En momentos de dificultad la cultura de las ideas y de la innovación tienen más significado que nunca y deben aprovechar la coyuntura para su propagación.

La economía naranja encuentra en el fenómeno de digitalización que experimentamos hoy en día, un aliado que permite derribar las barreras internacionales, aumentar la competitividad y la sostenibilidad, sin duda un gran caldo de cultivo que le permitirá su expansión. Pero al mismo tiempo las industrias culturales pertenecientes también a la economía creativa, contribuyen a potenciar y arraigar la identidad de los lugares donde ejercen su actividad, aumentan su notoriedad de marca convirtiéndose en un valor añadido para los mismos que es posible utilizar como fuente de riqueza y de generación de empleo.

Para concluir, la economía naranja o economía creativa, trata en cierta medida de aspectos intangibles y difíciles de medir o cuantificar, lo que supone una dificultad para su expansión, el status quo no está todavía acostumbrado a este mundo de las ideas y la innovación que ve todavía con extrañeza. Además los sistemas financieros tampoco están habituados a trabajar con una industria intangible con resultados inciertos y al mismo tiempo difíciles de cuantificar.

El libro en inglés de John Howkins, "La economía creativa: Transformar una idea en beneficios" - "The Creative Economy: How People Make Money from Ideas".


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